miércoles, 1 de octubre de 2008

Crónica de una jornada juvenil


¡Juventud divino tesoro, ya te vas para no volver…cuando quiero llorar no lloro y a veces…!


Solía repetir mi viejo emulando a Rubén Darío. Mis 10 años no terminaban de entender, hoy que paso el cuarto de siglo todo parece más claro.


¡Ser joven hoy no es una bendición es más bien una fatalidad! ¿Alguien podría creer que una frase así pudiese salir de la boca de un chico de 22 años? Y en pleno 23 de setiembre, de hecho no hay que sorprenderse mucho si vemos la realidad en la que día a día los jóvenes de Huánuco y del país procuran su desarrollo.


Una atmósfera social que interioriza la violencia como naturalidad intrínseca de la juventud y por otro lado el valor esencial del pragmatismo (con todo lo dañino que puede ser) como regla de vida. Cansancio, incredulidad, rabia, escepticismo la explican; pero como resultado de toda esa mezcolanza de emociones una ligera esperanza asoma en los ojos de media centena de jóvenes que se dieron cita al I foro juvenil organizado por la Red Wanuko Joven. Una esperanza que se traduce de variadas formas; algunas sujetas a la natural vehemencia juvenil, otras a la emotividad del trabajo, otras quizá esperando que alguien tenga las cosas claras y resulte convincente en palabra, acción y emoción para seguirlo.


Asoma el mediodía, el cenit del debate parecían tener una ruta, había que construir la identidad del joven como una característica de su ser social permanente (la juventud es tan fugaz), que recoja los valores de nuestro acervo cultural y realidad inmediata, sin embargo pasando de un enfoque sostenido en una identidad historica hacia una prospectiva y abierta al futuro, a decir del extinto Kapucinsky, ello sin embargo implica optar por una revisión a nuestra choledad construida con el tiempo, y las perspectivas de esta en el futuro, pero sobre todo con una identificación con el sufrimiento de las personas expresada en desigualdad, exclusión, pobreza, falta de empleo, etc. Con ellos debemos estar identificados.


No basta identificarse, hay que tener la claridad para tomar decisiones que nos acerquen a los cambios, el liderazgo expresado en la crítica y en la propuesta deben ir siempre acompañadas del ejemplo y la acción transformadora.


El destino natural de los grandes líderes se forjó en el caos y la desesperación, no esperemos a ello y a la edad de oro añadamos la madurez y sabiduría como consejeros permanentes.


La renovación de los grupos políticos parece ser parte final de esa ruta dialogada y cierre de una grata jornada de setiembre. Algo complicado asumiendo el descrédito de estos, y soportando el ruido de las muchas fiestezuelas que distraen, amén de los terribles ejemplos que alejarían toda voluntad noble de su ejercicio.


En fin todo es posible cuando aún hay aliento, ¿Ustedes que creen?

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